Los alimentos y el agua son parte fundamental de nuestra subsistencia como seres vivos. El cambio en los modos de producción a lo largo de la historia humana ha dado lugar a modificaciones importantes en nuestra relación con la alimentación, desde la transformación de los alimentos y el desarrollo de la agricultura y la ganadería, hasta su industrialización y tecnificación, además de su gran complejidad comercial. En el Laboratorio de Transiciones se busca hacer un análisis crítico de los modelos alimentarios actuales, los cuales tienen grandes impactos a nivel de salud, tanto humana como ambiental. También se busca revalorizar los métodos tradicionales de producción, distribución y consumo de alimentos, los cuales presentan enormes ventajas en la regeneración del tejido social y en la promoción de una vida saludable, consciente, justa y sostenible. Finalmente, se pretende impulsar el desarrollo de métodos novedosos que tengan este mismo sentido y refuercen los tradicionales ya existentes. En la fase inicial de este proyecto se elabora un calendario sobre la chaya, para promoverle como un cultivo ancestral que debe rescatarse por sus implicaciones bioculturales, nutricionales, medicinales y de autonomía alimentaria frente al cambio climático. Aquí se tiene una colaboración con el Dr. Miguel Munguía, del mismo Departamento de Ecología Humana, y con la Dra. Paola Ruíz, del sistema de cátedras de Conacyt y con base en la Uady. Otras iniciativas se irán desarrollando en los siguientes años.
El uso masivo de la energía es un fenómeno reciente en la historia de la humanidad, que con el paso del tiempo se ha vuelto una problemática de gran magnitud por el uso masivo de combustibles fósiles, mediante un modelo centralizado, corporativo y comercial que ha resultado en grandes impactos sociambientales a nivel ambiental como global. Este mismo modelo se ha replicado en el reciente uso de fuentes renovables de energía, sin cuestionar la baja eficiencia y el gran derroche de los sistemas energéticos y con un enfoque principalmente técnico y económico. En el Laboratorio de Transiciones se analiza de manera crítica este modelo y se explora una serie de alternativas tecnológicas de bajo costo e impacto, que puedan ser adoptadas para satisfacer las necesidades energéticas de las poblaciones, así como el desarrollo de sistemas comunitarios energéticos que gestionen sus propios recursos energéticos para las actividades productivas propias y para garantizar un derecho humano vital, que es el acceso a la energía. Para este proyecto se ha contado con el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), los Fondos Mixtos de Conacyt y el Gobierno del estado de Yucatán, así como de British Council y Newton Fund, entre otros. La colaboración ha sido amplia con académicos de Cinvestav - Unidad Mérida y de otras instituciones locales, como la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy), el Instituto Tecnológico de Mérida, el Instituto Tecnológico Superior Progreso, la Universidad Modelo y las sedes regionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). Una colaboración fundamental ha sido la que se tiene con el colectivo Articulación Yucatán, la cual ha permitido también el acercamiento con distintos actores locales de la sociedad civil organizada y con funcionares gubernamentales en sus distintos niveles.
Las democracias del mundo están siendo vulneradas por una importante presión del poder económico. Cada vez se aprecia más que los intereses privados merman sobre la toma de decisiones a favor del bien público. Las políticas públicas son insuficientes para que los gobiernos puedan gestionar los espacios que les corresponden. En este sentido, se ha trabajado con una herramienta de política pública que aún no se ha podido implementar de manera adecuada en México, que es la Evaluación Ambiental Estratégica, la cual busca un marco de transparencia en la toma de decisiones y gobernanza a largo plazo en distintas escalas territoriales, abriendo la posibilidad de tener siempre un enfoque de justicia, sostenibilidad y multiculturalidad. Para este proyecto se ha colaborado con el colectivo Articulación Yucatán, mediante el cual se han desarrollado talleres, propuestas y textos que promueven este enfoque.
El sistema económico global que prevalece actualmente es una de las principales razones de las crisis planetarias que enfrentamos. Es importante buscar alternativas socioeconómicas que puedan ser más adecuadas para un desarrollo justo y sostenible. Un ejemplo clave es el turismo como uno de los sectores económicos más prominentes de nuestros días. En la medida en que puedan lograrse mejores condiciones para el turismo, disminuyendo su impacto socioambiental y distribuyendo de manera más horizontal los impactos económicos, será posible encontrar alternativas socioeconómicas más adecuadas. Por otro lado, también es importante redefinir el capital, que pudiera estar basado de una manera más orgánica con los principios de la termodinámica y el balance de materia (recursos naturales contra consumo y desechos), por lo que esta aproximación pudiera definir de manera más precisa los intercambios comerciales. Aquí se tienen incipientes colaboraciones con académicos de Cinvestav – Unidad Mérida y la Unidad Peninsular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
No podemos pensar en las demás transiciones sin una transición socioecológica, donde se reconozca holística y sistémicamente que el ser humano es tan sólo una parte de su propio ecosistema. Debido al aumento de los impactos de las actividades humanas en los territorios, se amenazan nuestros propios medios de subsistencia. En este sentido, es importante retomar las cosmovisiones y prácticas de los grupos indígenas en nuestra región, de tal manera que podamos construir una relación más armónica con nuestros territorios, respetando, conservando y produciendo nuestro entorno con un enfoque biocultural. Aquí se tienen ya colaboraciones con el colectivo Articulación Yucatán y con académicos del Cinvestav – Unidad Mérida y otras instituciones locales.